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La familia Simó

Los hijos de  Lea y Jacob

 

 

Historia de familia

Por Graciela Azcárate

 

 

El Señor miró mi humillación, Ahora me amará mi marido

y por segunda vez concibió y parió un hijo, y dijo:

Por cuanto el Señor entendió que yo era tenida en menos,

me ha dado también este hijo, y por eso lo llamó Simeón.

(significa "He sido oída")

Génesis30

 

Con aroma de ley mosaica y arrebato bíblico, surgió el apellido Simó.

En el Génesis aparece el diminutivo de Simeón o Shimon , segundo hijo de Jacob y Lea. Es la plegaria de Lea, la malquerida  la "Que ha sido oída por Dios",  lo que da origen al nombre de Simón. Casado Jacob con las hermanas Lea y Raquel, su predilección fue por la menor, Raquel . El Señor para compensar a Lea por el desamor del esposo, la hizo fértil y le concedió seis hijos. Raquel fue condenada a la esterilidad.  Lea había rogado a Dios que le diera ese hijo, por eso  le pone por nombre Shimon,  que deriva del verbo hebreo " Shmiyah" y significa escuchar, ser oído, poner atención.

La ascendencia de Simón se inicia cuando Abraham engendra a Isaac nacido del vientre de Sara; Isaac tenía 40 años cuando tomó por esposa a Rebeca. Oró Isaac a Dios por su mujer, que era estéril, y lo aceptó el Señor y Rebeca concibió, teniendo ya Isaac 60 años.

Y los hijos luchaban dentro de ella, y dijo:  ¿Si es así para qué vivo yo? y fue a  consultar a Dios, y le respondió el Señor: "Dos naciones hay en tu seno y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor".  El primero salió rubio y fue llamado Esaú. Después salió su hermano que tenía una mano trabada al calcañar de Esaú y fue llamado Jacob. Simón es hijo de Jacob, nieto de Isaac y biznieto de Abraham. Jacob es  aquel que después de haber luchado con el ángel, es llamado Israel, que significa " Dios ha vencido".

Pertenece a una tribu arisca, indómita, asediada, que vive en una tierra invadida y destruida por  asirios, egipcios, mamelucos, cruzados,  turcos e ingleses. Vórtice de desencuentro,  la tierra de Palestina ha expulsado y atraído desde hace cuatro mil años, las más disímiles corrientes humanas. Bajo el dominio de los romanos, en el año  70 D.C, Jerusalén fué destruída y también el  segundo templo de Salomón . En una resistencia desesperada que duró alrededor de sesenta años, los judíos resistirán por tres años en Masada, fortaleza frente al Mar Muerto.

Un Simón, Sumo Sacerdote judío, perteneciente a una de las doce tribus: la de los macabeos, será recordado por justo y férreo en aquella desesperada y perdida empresa.

Un Simón Ben Kosiva capitaneará la segunda y última rebelión contra Roma en el 132 d.C, en el desierto de Judea. En la escarpada ladera de la quebrada de Héver, casi dos mil años después,  fueron encontradas las cartas que Simón Ben Kosiva- el Nasí (príncipe) de Israel- escribió en hebreo y arameo  a Yehotan y Misbela, comandantes militares de Ein Guedi.

Pueblo atormentado por  múltiples diásporas, nómades no del desierto sino del continente,  los Simón reaparecen en Europa Oriental, en los Balcanes y Grecia.

Simó es una variación húngara de Simón, Shimon fue convertido en Simón posiblemente asociado con el ya existente nombre Simos que en griego significa romo, chata o chato.

Simón y Simeon fueron inflexiones encontradas en Europa Oriental desde la Edad Media. Simó también es encontrado entre los catalanes. Por el Mediterráneo se extiende el apellido Simó, en Palma de Mallorca y en Tarragona. En el frontispicio de la Catedral de Tarragona conviven los tres símbolos que aunan a cristianos, musulmanes y judíos.

Es posible que hayan convivido en esa España que no era tal, hasta la peste negra de 1348 que marca ya las primeras persecuciones de judíos en la Península hasta desembocar en la expulsión de árabes y judíos de 1492.  El asentamiento judío en España (Sefarad) fue uno de los centros importante en la Edad Media, y ocupa un lugar señero en la historia general de ese pueblo. Allí se desarrolló durante varios siglos una cultura judía que alcanzó las mayores cimas de creatividad y fue la más importante del mundo de su época. Es en la época Romana, cuando las primeras comunidades judías se establecieron en España y formaron parte de la Primitiva Diáspora que se extendió por todos los rincones del Imperio Romano. En la edición en español de la monumental obra de Yitzhak Baer " Historia de los Judíos en la España Cristiana" en 1474, la mayoría absoluta de la península estaba habitada por comunidades sefarditas grandes y pequeñas. Durante muchas generaciones fructificaron comunidades de este tipo en la España musulmana y cristiana: Córdoba, Toledo, Sevilla, Málaga, Granada, Ciudad Real, Valencia, Barcelona, Gerona, Zaragoza, Tudela y Palma de Mallorca.

España conjugará un tiempo contradictorio y feroz donde convergen las historias de marranos, infieles , cripto judíos  y conversos.

Autos de fe, la Inquisición y multitud de conversiones para tan solo salvar la vida. En este marco social, en Palma de Mallorca el apellido Simó tiene representantes destacados en el servicio a los reyes de España, por lo que fueron premiados con títulos nobiliarios. Joan Simó fue un personaje destacado en la villa de Muro, que tomó parte en la revuelta de los comuneros. Es un linaje de la villa de Muro, posiblemente derivado de servicios de guerra en tiempos de la Reconquista, pero era una familia muy antigua, que ya radicaba en la isla en los primeros siglos de la conquista .

Antonio Simó  sufrió persecuciones y pérdidas de sus haciendas durante las revueltas de los comuneros por pertenecer al partido de la nobleza. En los mismos tiempos Juan Simó era capitán de guerra de la villa de Muro. En la misma villa nació Gabriel Simó, doctor en ambos derechos y uno de los letrados más notables de su época. Los reyes Felipe IV y Carlos II le tuvieron en gran aprecio, haciéndole miembro de su consejo y nombrándolo auditor de  guerra del  tercio de infanteria de Milán en 1650, auditor de la gente  de guerra  de Menorca y sus castillos en 1673 y Oidor  de la Real Audiencia de Mallorca el 20 de diciembre de 1677. Falleció en la ciudad de Palma el 30 de abril de 1697.

Hijo suyo fue Juan Francisco Simó, también doctor en ambos derechos y asesor del gobierno de Menorca. Obtuvo privilegios de caballero el 6 de septiembre de 1696 y se le concedió  un escudo de armas con cuatro palos de gules, tres flores de lis, y una zona de azur con una torre de plata.

 Otros figuras de relieve de apellido Simó se destacaron en la arquitectura, la literatura, la política tanto en Mallorca como en las islas Baleares. Los Simó catalanes tuvieron las principales casa solares en Reus, Tarragona y Barcelona. Es un linaje muy antiguo y patronímico de Cataluña, que tuvo su casa solar en Vich ( Barcelona). Los Simó vieron su hidalguía reconocida por los Estamentos Reales. En el escudo de armas en un campo azur, está la imagen de Sant Simó, mártir que murió crucificado.

En la actualidad el apellido Simó está muy extendido en las comunidades de Baleares, País Valenciano y Cataluña. Hay muchas familias con el apellido Simó que se pueden encontrar en el Bruc, Barcelona, Almacelles, Vinarós, Benassal, Almassora, Mallorca y Menorca. Se apellidan  Simó personajes que tuvieron papel destacado en la historia: en el siglo XVIII, el arquitecto constructor de la catedral de Tortosa será Pau Simó;  María Antonia Simó i Andreu, escursionista y escaladora nacida en Barcelona en el año 1915. Fue una de las pioneras del escursionismo femenino catalán;  Jaume Simó i Bofarull, político nacido en Reus en 1884; Josep Simó i Fontcuberta, reconocido arquitecto del siglo XIX y Franc Simó i Ortí, clérigo jesuita y escritor nacido en Torrent de L'Horta.

En las investigaciones realizadas por Dennis Simó sobre los orígenes del apellido Simó, se tomó como punto de partida a Ernesto Bernardo Simó Ros y Eduardo Juan José Simó Ros, los dos hermanos que hacia 1866 arribaron a  República Dominicana.

Remontada la vía genealógica se llega a Pere (Pedro) Simó quien nació en la villa de Alforja en España, aproximadamente en el año de 1618, y murió en el año de 1683. Pere Simó, de profesión herrero y payés o sea campesino,  es el último ascendiente  encontrado, y con él se completa hasta los hijos de Dennis Simó, un total de trece generaciones debidamente registradas en el árbol genealógico  y cubriendo un período de 379 años.

La villa de Alforja está situada entre montañas, tiene 1200 habitantes. En esas montañas localizadas cerca de la ciudad de Reus y también de Tarragona, en la provincia del mismo nombre, en Cataluña, se han encontrado restos de utensilios usados por el hombre prehistórico. Es una villa medieval situada a 347 metros de altura cuya repoblación se inició en el año de 1153, por medio de una donación del conde Ramón Berenguer IV, Príncipe de Aragón, hijo de Jaime II a Ramón de Ganagod.

La villa llegó a alcanzar los 800 habitantes antes de 1348, pero la peste negra de ese año y los rebrotes epidémicos que se sucedieron de manera cíclica durante la segunda mitad del Siglo XIV, provocaron el dramático decrecimiento de la población.

La etimología de Alforja significa “mirada, perspectiva”.    La primera reactivación demográfica ocurre durante los siglos XV y XVI. En 1515 Alforja tenía un total de 88 habitantes incluyendo dos eclesiásticos y un militar. Los apellidos que aparecen en un censo de la época son : Alen, Altés, Amposta, Ardevall, Arnau, Aymemir, Bellundes, Besora, Blanxes, Cavall, Casals, Castelló, Cerda, Citjar, Erbali, Ferrater, Figueres, Font, Forner, Funt, Franch, Gasó, Gacull, Macot, Martorell, Martre, Mas, Miguel, Mos, Morell, Munter, Pedrol, Peyrol, Pons, Puig, Rahull, Roig, Rufat, Sabater, Sans, Santgenís, Sarrá, Stemell, Tost, Vilar, Voltes. De estos apellidos, en  República Dominicana de hoy figuran: Font, Pons, Arnau, Gasó, Puig, Roig y Sabater.

El censo realizado 38 años después, en 1553, arroja nuevos apellidos en esta pequeña villa; estos son: Bosch, Cabré, Cornedó, Cugat, Esteve, Ferrer, Freixes, Gaberga, Giol, Gras, Lorda, Mariner, Marcó, Macip, Mestre, Moguer, Pellejá, Roca, Senpere, Simó, Urgelles, Valverdú, Vidal y Vilanova. Los dos censos evidencian que entre 1515 y 1553 es la fecha de establecimiento en la villa de Alforja del apellido Simó, que se mantiene hasta hoy. Dos documentos del año 1462 indican que en las cercanías de la villa de Alforja ya se encontraba el apellido Simó en dicho entorno. En el año de  1581 la parroquia confeccionó una lista de las personas en edad de confesarse.Aquí aparecen residiendo en las casas 10 y 11 de la calle La Plaza, Pere (Pedro) Simó y Miquel (Miguel) Simó.  En la casa de Pedro vivían 6 personas y en la de Miguel vivían 2 personas en edad de confesarse.   

__________________________________________________________________Pie de fotos

1- De izquierda a derecha, sentados: J. René Bisonó, Porfirio Simó

( padre de Dennis Simó), José M. Cabral Bermúdez, Rafael Bonnelly, José de Jesús Alvarez y Julio Vega. De izquierda a derecha, parados: Juan Antonio Bisonó, Antonio Jorge, Regino Pérez, Sergio A. Bisonó, Lorenzo Pellerano, Fernando A. Batlle y Octavio Castillo. Santo Domingo, 18 de mayo de 1924.

2- Juan Bautista Simó Cifuentes padre de Ernesto Simó Ros, tatarabuelo de Dennis Simó.

3- Ernesto Simó Ros fundador del tronco familiar Simó en República Dominicana.

4- Conrado Simó Knipping( abuelo de Dennis Simó).

5- Porfirio Esteban Simó Fernández.( padre de Dennis Simó).

6- Ernesto Simó Ros con Juan Bautista Simó Knipping.

7 Conrado Simó Ros.

8- Eduardo Simó Ros hermano de Ernesto Simó, que llegados en 1866 fundaron el linaje caribeño

9- Escudo de armas de la familia Simó. Linaje de la villa de Muro, en los tiempos de la Reconquista.

10-Callejuela  de la judería en Barcelona.

11-Pileta trilingue (hebreo, griego, latín) fechada en los primeros siglos de la era cristiana y encontrada en Tarragona.

12-  Barrio judío en Tarragona.

 

Sumarios

 

Con aroma de ley mosaica y arrebato bíblico, surgió el apellido Simó.

 

Un Simón, Sumo Sacerdote judío, perteneciente a una de las doce tribus: la de los macabeos, será recordado por justo y férreo en aquella desesperada y perdida empresa.

 

 Un Simón Ben Kosiva capitaneará la segunda y última rebelión contra Roma en el 132 d.C, en el desierto de Judea.

 

 

 

 

 

 

#2

La familia Simó

Yo, Pau Simó

 

 

Yo Pablo Simó, velero de la ciudad de Reus, arzobispado de Tarragona

hijo legítimo y natural de Pedro Pablo Simó, velero, nacido en la ciudad de Alforja de dicho arzobispado, residiendo en la ciudad de Reus

el día de su muerte y de Teresa Simó, difuntos, encontrándome privado de la vista y estando en cama enfermo del cuerpo, de lo cual temo morir...

Encomiendo mi alma a Dios, Señor y Redentor y quiero que todas las deudas por mi contraídas hasta el día de mi muerte

sean pagadas de mis bienes, sin ruido ni proceso  alguno.(1829)

 

 

 

Es posible que Pau Simó viviera su atareada y honorable vida entre los afanes del mar y el campo. A caballo entre su masía y  las exigencias del mar de Sitges, en sus ratos de ocio,  el caramillo de sus antepasados de pastores y pescadores de Galilea, le impuso el gusto por las improvisaciones musicales en una humilde flauta dulce, y una inclinación sin sentido por los sonidos claros y diáfanos. Casi cincuenta años después, en una búsqueda de pasos perdidos, en la brisa de un octubre en armas, Ernesto Simó Ros toca la flauta en los corredores de su casa de Santiago de los Caballeros.

Tan lejos, tan atrás  y sin embargo tan cerca. Y como en rescoldo la sangre pone cadencias de graves y agudos en los solfeos que el catalán reproduce en tierras caribes.

Y en el encuentro del ayer y de la sangre, sin saberlo ni quererlo, reproduce, en el sonido de  las notas, la ciudad medieval que está en el fondo de su  estirpe.

Afincados en Reus esta es una población de estricto origen medieval. La opinión más generalizada es que su repoblación se inició en la segunda mitad del Siglo XI, con gentes venidas del norte  dedicadas a la agricultura y con gentes muy humildes que emprendieron la marcha por necesidad. Entre los pobladores se distinguían cuatro grupos: los normandos de Robert d’Aguiló, los sarracenos que descendieron de las montañas de Prades, los habitantes de Cataluña Vieja, y los judíos.

El contingente más nutrido fue sin duda el de los catalanes. Además de ser una comarca próspera, también influyó en este cambio la cercanía del Puerto de Salou, en la costa mediterránea.

La vida de Reus era de plenitud pero en 1348  la peste negra la deja desolada.

 En el Siglo XVI, las antiguas cofradías medievales se transforman y consolidan en gremios, dando paso a asociaciones profesionales perfectamente estructuradas. La constitución del Consejo de los Cien (Consell de Cent) de Reus, en el año 1626, indica que la industria más importante de esa época era la de la lana, exportaba aguardiente, lo cual fue significativo para la recuperación económica en el Siglo XVII, exportando a Inglaterra y Holanda.

En un libro publicado en Roma por Joan Borrás y Grisolía, refiriéndose a Reus indica: “Es una ciudad noble, pía, rica, y de comercio, y es la mayor y mejor de Cataluña”. En el 1775 su población alcanzó los 20,000 habitantes. Por su parte, el autor Celdoni Villa informaba en 1787: “Reus, después de la capital de su principado, Barcelona, es la más opulenta y en donde florecen más todas las artes y manufacturas que en ninguna de las ciudades subalternas y villas del principado”. “La plaza mayor o mercado de Reus, es de las más perfectas y hermosas de cuantas hoy tiene Cataluña, por su capacidad y elevación de casas de tres pisos. Las calles en general son amplias, empedradas y limpias”.

Todas las grandes compañías de Barcelona tenían sus corresponsales en Reus, quienes establecían acuerdos con los fabricantes locales.

En 1751 habían más de 20 fábricas de aguardiente y entre éstas se encuentran las de los siguientes dueños: Josep Carreras, Josep Bofarull, Jaime Carreras, Josep Savael, Pedro Bojarull, Llinás, Raymundo Mestres, Dr. Francisco Ferrán, Pedro Anlés, Josep Gornals, Gabriel Simó, Salvador March, y Don Nicolás Prenchi.

Reus entra en el Siglo XIX como la segunda ciudad en importancia demográfica en Cataluña.

En 1794, durante la guerra contra la República Francesa, Alforja fue considerada como eje del reclutamiento de migueletes (fusileros de la montaña), dada su posición recalcitrante en contra de los franceses.

Esta guerra provoca inmediatamente una fuerte crisis económica que hace que demande prórrogas para el pago de las contribuciones en el 1810. En el 1812 el pueblo fue obligado en diversas oportunidades a suministrar alimentos a las tropas españolas. El 4 de abril, la gente del pueblo ataca a los franceses y caen en una rampa, muriendo todos de sed, y las tropas napoleónicas amenazan con incendiar todo el pueblo.      En los primeros enfrentamientos civiles del Siglo XIX, provocado por las revueltas antiliberales, Alforja se declara a favor de las posturas absolutistas. Alforja era utilizada como centro de operaciones de la facción realista para realizar ataques contra núcleos liberales y comboyes de mercaderías. El pensamiento antiliberal se genera también en esta villa, así la “constitución de la monarquía española”, llama a los liberales ateistas, materialistas, y hombres amantes de la impiedad, el libertinaje y sin religión.         Durante todo el Siglo XIX, se mantienen las ideas reaccionarias en la villa de Alforja, así en enero de 1837, el militar liberal Iriarte, luego de derrotar a los carlistas, hace 50 prisioneros y fusila a 32 de ellos en el acto. Por otra parte, en 1840, los grupos carlistas asesinan 29 voluntarios liberales. Para 1855 el ayuntamiento dedica elevadas sumas de dinero para la compra de armas para la milicia liberal, provocando la continuidad de la crisis económica. Finalmente, el 9 de diciembre de 1859, se termina el período del gobierno progresista, poder que recuperarían más tarde. Ambas corrientes, al arribar al poder, fusilaban a los contrarios, provocando aún mayores resabios y odios encarnizados.   Así, en ocasiones se imponían sanciones económicas a la población, para resarcir a los triunfantes. También, luego de fusilar a los contrarios, se ordenaba y obligaba a los padres, hijos y hermanos, a abandonar el pueblo, y se incautaban todos sus bienes como indemnización. Como consecuencia de estos largos períodos de enfrentamientos y guerras, la población se vió involucrada en constantes problemas, tanto de carácter político como económicos, razón ésta, tal vez, que provocó también la salida de ciudadanos de esta población de Alforja hacia fuera de ella, e incluso de España.    En el Siglo XX, España se vió envuelta en innumerables situaciones adversas de carácter político, desembocando en la guerra civil (1936-1939), y luego en la dictadura.     

De una u otra forma, personas de apellido Simó han estado vinculadas a la histora de esta villa. Así, en las elecciones generales de 1931 aparece J. Simó, de la coalición republicana-socialista, con 22,800 votos en el distrito y con 33 votos en Alforja. En esas elecciones el triunfador obtuvo 68,537 votos en el distrito y 393 en Alforja.          También, en las elecciones de 1932, para constituir el parlamento de Cataluña, el mismo J. Simó ocupa el tercer lugar con 24,962 votos en el distrito y 131 votos en Alforja, mientras el ganador obtuvo 25,474 votos y 128 votos en Alforja.

          Luego de la guerra civil, se emitió la Ley de Responsabilidades Políticas del 9 de febrero de 1939, y en un documento del 28 de septiembre de 1939, y firmado por el alcalde, Sr. José Puig, en donde se señala este año como Año de la Victoria, se hace una relación de los consejales de la villa de Alforja que habían luchado en el bando republicano, y entre éstos encontramos a Carlos Simó Aragonés de 34 años y a Francisco Simó Artells de 43 años. 

La invasión de Napoleón provoca en 1809 la entrada del ejército francés en Reus, generándose una larga guerra y una cantidad muy considerable de impuestos, dejando arruinada y hambrienta la ciudad.

En 1794, durante la guerra contra Francia, Alforja, pueblo que pertenecía a la jurisdicción de Reus, fue considerada como eje del reclutamiento de migueletes (fusileros de la montaña), dada su posición recalcitrante en contra de los franceses.

Esta guerra provoca inmediatamente una fuerte crisis económica que hace que demande prórrogas para el pago de las contribuciones en el 1810. En el 1812 el pueblo fue obligado en diversas oportunidades a suministrar alimentos a las tropas españolas. En los primeros enfrentamientos civiles del Siglo XIX, provocado por las revueltas antiliberales, Alforja se declara a favor de las posturas absolutistas. y es utilizada como centro de operaciones de la facción realista para realizar ataques contra núcleos liberales y comboyes de mercaderías. Como consecuencia de estos largos períodos de enfrentamientos y guerras, la población se vió involucrada en constantes problemas, tanto de carácter político como económicos, razón ésta,  que provocó también la salida de ciudadanos de esta población de Alforja hacia fuera de ella, e incluso de España.   

De los Simó establecidos en la provincia de Barcelona, una rama se trasladó a la ciudad de Reus, en la provincia de Tarragona, vinculándose a familias de otras localidades de ambas demarcaciones catalanas.

La ascendencia de Juan Bautista Simó Cifuentes y Rita Ros Rodes, troncos de la familia Simó-Ros, aparece vinculada a las poblaciones de Vilanova i la Geltrú, ciudad cercana a Reus, en Tarragona,  y Sitgés, en Barcelona.

Juan Bautista Simó Cifuentes era abogado y nativo de Reus. Su padre, Juan Simó, había nacido también allí, al igual que su madre, Inés Cifuentes. Doña Rita Ros había nacido en Vilanova i la Geltrú, en la Ruta del Cava,  que termina en el Monasterio de Montserrat en la montaña del mismo nombre. Su padre fue Juan Ros, Notario de Vilanova i la Geltrú, y su madre Luisa Rodes, natural de Sitges, localizada a cinco  kilómetros de Vilanova i la Geltrú, en la playa del Mediterráneo.

En la ciudad Condal -Barcelona- estuvo la casa solariega de los Simó-Ros, quienes se casaron el 29 de agosto de 1840. El número de hijos de este matrimonio aún es impreciso. La tradición familiar habla de cuatro hermanos: Conrado, Ernesto, Eduardo,  y uno de nombre desconocido.  Conrado, quien nació en Barcelona en el año 1841, permaneció en ella sirviendo como Tesorero de Su Majestad,  los tres restantes pasaron inicialmente a Puerto Rico.  El hermano cuyo nombre no recuerda la memoria familiar partió hacia Cuba, dejando allí descendencia. Eduardo, nació en Barcelona el 12 de agosto de 1848, fué bautizado como Eduardo Juan José; Ernesto, nació  en Barcelona el 22 de diciembre de 1844, y fué bautizado como Ernesto Bernardo Zenón, ambos se trasladaron a República Dominicana  y fundaron la estirpe de los Simó en el Caribe.

Dos documentos localizados en la Catedral de Santiago de los Caballeros  hacen presumir que la prole Simó-Ros alcanzaba un número mayor de miembros. El primero de ellos es el acta de defunción de Teodoro Simó, fallecido en esa ciudad el 20 de octubre de 1874 a la edad de 44 años, de estado soltero y natural de Barcelona. El nombre de Teodoro dado por Ernesto Simó Ros a uno de sus hijos y el que Teodoro Simó figurara como padrino de su hija Rita del Carmen, nacida el 11 de marzo de 1871, hacen pensar que éste era su hermano.

El segundo documento es el certificado de bautismo de María Dolores Simó, hija de José Simó y María Ramírez, nacida el 31 de octubre de 1870. Sus padrinos fueron Joaquín Beltrán, nacido en Cordera, Cataluña, y su esposa doña Casilda Viñals, hija del catalán Francisco Viñals. Aunque no se ha encontrado ningún documento que indique quiénes fueron los padres de José Simó, el hecho de que dos catalanes apadrinaran el bautizo de la hija, permite establecer un posible vínculo de coterraneidad y un lazo directo de consanguinidad con los hermanos Simó Ros.

Se desconoce la fecha de llegada de los hermanos Simó Ros al país. Eduardo Simó Ros ya residía aquí en 1877. El acta de matrimonio de su hijo Enrique Simó Muñoz revela que éste contaba con cuarenta años al momento de su boda con Ana Justiniana Frías Medina, el 27 de octubre de 1917. Ernesto llegó después de 1860, año en que se estableció en Santiago de los Caballeros la firma comercial de Manuel de Jesús Tavares,  allí  trabajó  como tenedor de libros, puede ser en el año 1863, fecha que se funda esa firma.

En Santiago, el 10 de agosto de 1864,  adquirió la nacionalidad dominicana junto a un grupo de españoles, entre los que se encontraba su paisano Joaquín Dalmau, nacido en Manresa.

Al igual que el grueso de inmigrantes españoles, Ernesto Simó Ros logró hacer su economía y establecer su propio negocio. Ya figuraba como comerciante en 1872, cuando fungió como testigo de la boda de su paisano José Batlle Filbá con María Dolores Espaillat, junto a sus coterráneos Pedro Patxot y José Costa. Además de ejercer como comerciante, don Ernesto fue músico, siendo aficionado a la flauta.

La colonia catalana gozaba de gran influencia en el alto comercio local. En la época de la Anexión, los catalanes -"muy partidarios de la separación de España, a fuerza de republicanos", y contra quienes el brigadier Manuel Buceta, Gobernador de Santiago, no ocultaba su odio- dieron apoyo al movimiento del 24 de febrero de 1863, el cual secundó el precipitado golpe que se dió en Guayubín el día 21 del mismo mes, al abortar los planes de iniciar el movimiento restaurador el 27 de febrero de ese año.

El Santiago que conoció Ernesto Simó Ros conservaba los perfiles de siglos anteriores. Para 1863, la mayoría de las casas tenían techos de yagua y era un caserío de una "monótona perspectiva", sin ningún edificio que le diera "belleza y carácter", de acuerdo a la impresión del oficial español Adriano López Morillo.

Tres años después del incendio de aquella población durante la guerra restauradora, Ernesto contrae matrimonio con Rita Luisa Knipping. La boda tuvo lugar en la Iglesia Parroquial Mayor (hoy Catedral) el 10 de noviembre de 1866. Para entonces, su madre había fallecido. Rita era hija de Wilhelm Knipping (Guillermo en español), alemán, y Mauricia Gutiérrez Narváez, hija de españoles. La leyenda familiar indica que Wilhelm era capitán de un barco en el que comerciaba pieles y mercancías europeas hacia Cuba. Supuestamente murió ahogado en una travesía al naufragar su nave, dejando huérfanos a Rita y a su hermano Guillermo.

Con anterioridad a su matrimonio con Mauricia Gutiérrez Narváez en 1846, obtuvo del Arzobispo de Santo Domingo una denominada "dispensa de mixta religión o de disparidad de cultos", en su condición de luterano que con ese sacramento abrazaba el catolicismo. Para ello realizó una "promesa previa al matrimonio" ante el Cura y Vicario de la parroquia de Santiago, Pbro. Domingo Antonio Solano, el 23 de mayo de 1866.

En este interesante documento declaró ser hijo de Phillip (Felipe) Knipping y Anna (Ana) Hescopel y haber nacido en Hamburgo, Alemania. Su nacimiento se produjo hacia 1815.

Del matrimonio Simó-Knipping nacieron trece hijos, todos en Santiago, a saber: Juan Bautista Augusto (27 enero 1867), Ernesto Braulio Enmanuel (1 diciembre 1867), Rita del Carmen (11 mayo 1871), Filomena (5 julio 1873), Conrado (16 julio 1877), Luis Félix (31 marzo 1879), Federico Guillermo (7 febrero 1880), Teodoro (27 octubre 1881), Inés Adelaida (16 marzo 1884), Beatríz Lucila (28 julio 1886), Julia Altagracia (20 enero 1889), Demetrio y Rita Luisa. De éstos, Demetrio y Rita Luisa fallecieron en la infancia. Rita del Carmen murió sin descendencia.

Con Clara Albertina Arias, Ernesto Simó Ros procreó a Lilia Marina, nacida en Santiago el 6 de mayo de 1893.

"Los catalanes somos propensos a los abrazos cordiales", ha dicho J. Vicens Vives. La realidad de esta afirmación queda confirmada con la inserción de aquel laborioso español en la comunidad santiaguera. En 1894 lo vemos figurando entre los Miembros Honorarios del "Centro de Recreo", junto a sus paisanos Enrique Pou, Joaquín Dalmau, Viterbo Morell, José Batlle, Joaquín Beltrán y Francisco Casals. Su hijo Federico Guillermo, quien entonces tenía 17 años aparece como Miembro Fundador.

Los Estatutos de este club de la alta sociedad, cuyo acceso estaba limitado por determinadas condiciones sociales y de abolengo, establecían que la calidad de Miembro Honorario sólo se confería "a los padres de familia miembros de la buena sociedad de Santiago".  Este reconocimiento deja entrever el aprecio que había ganado su familia dentro de la próspera colonia catalana y la comunidad de Santiago.

 

Pie de fotos

1-Grabado antiguo de la ciudad de Barcelona, 1574.

2- Ernesto Simó Ros.

3- Conrado Simó Ros, hermano de Ernesto que permanece en Barcelona.

4-De izquierda a derecha: gloria Delgado de Simó, Conrado Simó Knipping, Periandro Delgado, Alicia Delgado de Fernández y Luis Felipe Fernández.

5- Julia Simó Knipping

6- Wilhelm( Guillermo) Knipping

7 Rita Knipping Gutiérrez de Simó.

8-Ernesto Simó Ros.

 

Insert

 

1-Y en el encuentro del ayer y de la sangre, sin saberlo ni quererlo, reproduce, en el sonido de  las notas, la ciudad medieval que está en el fondo de su  estirpe.

 

2-Es posible que Pau Simó viviera su atareada y honorable vida entre los afanes del mar y el campo. A caballo entre su masía y  las exigencias del mar de Sitges, en sus ratos de ocio,  el caramillo de sus antepasados de pastores y pescadores de Galilea, le impuso el gusto por las improvisaciones musicales en una humilde flauta dulce.

 

3- Casi cincuenta años después, en una búsqueda de pasos perdidos, en la brisa de un octubre en armas, Ernesto Simó Ros toca la flauta en los corredores de su casa de Santiago de los Caballeros.